jueves, 24 de septiembre de 2015

La Gerontología Crítica, una introducción

La Gerontología Crítica, una introducción

Este breve texto es una introducción a la gerontología crítica. La intención aquí es dar una base para explorar los estudios que tratan de comprender la importancia del envejecimiento de la población y su impacto social, cultural y económico. La vejez y el envejecimiento, además de su dimensión biológica, también tienen implicaciones sociales y culturales que demandan mucha investigación. En esta entrada, se intenta dar un punto de vista introductorio a la manera en que se ha entendido el envejecimiento demográfico en el encuentro entre gerontología y antropología.


Considerar el envejecimiento como un fenómeno cultural y no solo como una consecuencia biológica es el punto de partida. Sin embargo, esto debe ir más allá de solamente añadir el término “cultura” al estudio de la vejez y a la gerontología.

El antropólogo Lawrence Cohen subraya que, en buena parte, este problema o reducción ha estado en lo que desde los años 90, se ha llamado Critical Gerontology o Gerontología Crítica (Cohen; 1994:139). Afirma Cohen que la escasez de teoría antropológica en la gerontología ha hecho que el término “antropología” se vuelva menos un fundamento epistemológico y más una marca profesional, y que el término “cultura” sea orgullosamente mostrado como un ícono disciplinario.

Afirma que más allá de la discusión sobre el encuentro entre geriatría y antropología, y la posibilidad de considerar la primera como una subdisciplina de la segunda, lo que el fenómeno del envejecimiento de la población en la sociedad contemporánea necesita son investigaciones que respondan a la creciente importancia de este tema en el mundo académico y en los debates sociales, políticos y económicos.


Cohen señala que en 1990, según Sokolovsky (1), se había confirmado la emergencia de una nueva e importante especialidad a la cual le dieron varios nombres: sociogerontología comparada, etnogerontología, antropología del envejecimiento o geroantropología (Cohen; 1994:140). Cohen reconoce a la geroantropología como un discurso académico emergente, no obstante, su posición es que la geroantropología, como la geriatría en general:

 “fails to articulate an internal politics or hermeneutics of generational difference, and disguises this difference through the language of conversion and the trope of anger that underlines it (“no one here cares about old age”) and through the language of exploration (“old age is terra incognita, awaiting our discovery”)” (Cohen; 1994:142) (2).

Según este autor, lo anterior conforma un modelo narrativo que obstaculiza el desarrollo crítico de este campo de estudios y que no permite formular nuevas preguntas que profundicen en los problemas culturales y simbólicos contemporáneos del envejecimiento y la población: se trata de una narrativa misionaria (que busca salvar a los mayores) y otra explorativa. Cohen afirma que para los años 70 ya se producía un tipo de discurso académico redentor del envejecimiento y de los viejos, y que en cierta forma se ha heredado en la geroantropología. Dice que textos importantes para su momento como Why Survive? Being Old in America (1975) de Robert N. Butler o La Vejez (1970) de Simone De Beauvoir expresan un significado de la vejez como un estado de miseria y ofrecen la gerontología y campos de trabajo políticamente involucrados como respuestas a esa condición de infortunio y desgracia.

También el importante texto de Kaufman The Ageless Self: Sources of meaning in Late Life (1986), empieza apelando a la urgencia demográfica y explorando el significado de la vejez; Cohen cita dicho libro:

 “In order to improve the quality of life experience for those in their later years, we must understand what it means to be old… for only by first knowing how the elderly view themselves, their lives, and the nature of old age can we hope to fashion a meaningful present and future for them and for those who follow” (Kaufman en Cohen; 1994:143).

Cohen subraya que el uso de un argumento alarmista demográfico significaría situar al sujeto envejecido y al envejecimiento en sí mismo como una amenaza, como un "otro amenazante". En este orden de ideas, es posible ver en el primer párrafo de la introducción del documento oficial Active Ageing. A policy Framework  que el incremento del envejecimiento plantea muchas preguntas, las cuales reconocen que los sistemas de seguridad social entienden al envejecimiento como un gran reto social, económico y político: 
“Population ageing raises many fundamental questions for policy-makers. How do we help people remain independent and active as they age? How can we strengthen health promotion and prevention policies, especially those directed to older people? As people are living longer, how can the quality of life in old age be improved? Will large numbers of older people bankrupt our health care and social security systems? How do we best balance the role of the family and the state when it comes to caring for people who need assistance, as they grow older? How do we acknowledge and support the major role that people play as they age in caring for others?” (WHO; 2008: 5) (Mi destacado)
De hecho, el cambio demográfico es la “gran noticia” que obliga numerosos cambios para asegurar la viabilidad del sistema; existe un temor manifiesto en el envejecimiento masivo de la población, aunque también una confianza política, es decir, en el poder de implementar mecanismos de gobierno en los sujetos y en los grupos sociales que permitan superar los retos:  
Perhaps more than anything else, policy makers fear that rapid population ageing will lead to an unmanageable explosion in health care and social security costs. While there is no doubt that ageing populations will increase demands in these areas, there is also evidence that innovation, cooperation from all sectors, planning ahead and making evidence-based, culturally-appropriate policy choices will enable countries to successfully manage the economics of an ageing population. (WHO; 2008: 42)
Además de la narrativa misionaria y de la urgencia demográfica, un tercer tropo o argumento circulando en la geroantropología es el de ambigüedad. Cohen cita a Minois (3) (1986), para quien “ambiguity is a phenomenological universal of old age, a time both of maximal experience and of maximal debility, simultaneously vaunted and evaded” (Cohen; 1994:143). Otro caso que ejemplifica el tropo de la ambigüedad es el de la investigación de Cole  TR. The Journey of Life: a Cultural History of Aging in America. Explica Cohen que para Cole la ambigüedad es una verdad perdida acerca del envejecimiento que la “cultura posmoderna” puede ayudarnos a recuperar:

“we need to revive existentially nourishing views of aging that adresses its paradoxical nature. Aging, like illness and death, reveals the most fundamental conflict of human condition: the tension between infinite ambitions, dreams and desires on the one hand, and vulnerable, limited, decaying physical existence on the other – the tragic and ineradicable conflict between spirit and body. This paradox cannot be eradicated by the wonders of modern medicine or by positive attitudes toward growing old. Hence the wisdom of traditions that consider old age both a blessing and a curse”. 
La anterior cita es muy expresiva, de alguna manera sugiere un estado de liminalidad propio de la vejez o del sujeto envejecido al pensársele entre la vida y la muerte, al considerársele en el margen de un cambio, de una metamorfosis como dice De Beauvoir.

¿Esta ambigüedad es una crisis de significado? ¿Es la liminalidad de la ancianidad una crisis del sentido? ¿Qué querría decir considerar la vejez como un estado liminal? ¿Cómo y dónde se ve esto en imágenes?  Brevemente puedo recurrir a la definición de “liminal” del antropólogo Víctor Turner cuando afirma, a propósito de los ritos de paso que:

During the intervening phase of transition, called by Van Gennep “margin” or “limen (meaning “threshold” in Latin), the ritual subjects pass through a period and area of ambiguity, a sort of social limbo which has few (though sometimes these are most crucial) of the attributes of either the preceding or subsequent profane social statuses or cultural states.” (Turner; 1982:24)

Ciertamente el envejecimiento no puede ser considerado como un ritual (4), sin embargo, es interesante subrayar que, de acuerdo con Turner, los sujetos durante una fase de transición están en un periodo de ambigüedad. Esta idea hace eco en las dos citas previas de Minois y Cole, las cuales, aunque ejemplificaban un tropo narrativo criticado por Cohen no por ello dejan de ser interesantes. También, tomando en cuenta la crítica de De Beauvoir a la valoración económica del envejecimiento, tal vez esta “crisis del sentido” o ambigüedad del sujeto en una fase liminal, pueda servir para entender cómo el capitalismo entiende al envejecimiento como una “crisis del sujeto productivo”. 

Regresando a la crítica de Cohen a las narrativas gerontológicas del envejecimiento, éste autor afirma que la geroantropología también adolece de los anteriores topos, que él les llama amnesias. Su solución, un enfoque crítico de la geriatría en el cual Cohen mismo se sitúa, sugiere tres direcciones que permitirían profundizar en las investigaciones culturales sobre el envejecimiento:

a phenomenological focus on experience, embodiment and identity; a critical focus on rationalities and hegemonies through which ageing is experienced and represented; and an interpretive focus on examining the relevance of the ethnographer’s age to the forms of knowledge produced” (Cohen; 1994:151). 

La primera dirección guarda relación con los propósitos de ésta investigación, aunque la segunda es en la que este trabajo más se enfoca. Según Cohen los estudios que logren enlazar la investigación sobre la edad de envejecimiento (old age) con una crítica a las ideologías, los nacionalismos, modernidades y construcciones de género estarían cobrando cada vez más importancia. En este tipo de investigaciones se ha retomado la aplicación de la teoría social de N. Elias, Foucault y Bakhtin; dice Cohen:
Much of this emergent work is characterized by attention to the complexities of symbolic structure and cultural politics” (Cohen; 1994: 153).  
Traducción: "Mucho de este trabajo emergente está caracterizado por la atención en las complejidades de la estructura simbólica y las políticas culturales" 

El enfoque de Cohen tiene cierta sincronía con lo que Gillian Rose afirma sobre lo que debe ser una aproximación crítica al estudio de representaciones visuales:

...a critical approach 1) takes image seriously... images are not entirely reducible to their context. Visual representations have their own effects, 2) thinks about the social conditions and effects of visual objects... visual representations both depend on and produce social inclusions and exclusions... 3) considers your own way of looking at images... it is necessary to reflect on how you as a critic of visual images are looking.” (Rose; 2001: 16)
Traducción: "...una aproximación crítica 1) toma seriamente que las imágenes no son totalmente reducibles a su contexto. Las representaciones visuales tienen sus propios efectos, 2) piensa acerca de las condiciones sociales y efectos de los objetos visuales... las representaciones visuales dependen de inclusiones y exclusiones visuales y las producen... 3) considera tu propia manera de mirar las imágenes... es necesario reflejar cómo, tú como crítico de las imágenes visuales, estás mirando" 

De acuerdo con lo dicho, el estudio crítico del envejecimiento permite indagar la politización del envejecimiento, situar sus representaciones en un orden discursivo y en relación con regímenes escópicos, dispositivos visuales, y analizar su influencia sobre la experiencia del sujeto, la transformación de su cuerpo y el comportamiento:

the medicalized body presents the problem of a cyborg anthropology, after Haraway, the need to examine the constitution of aging within the implosion of ever more encompassing technologies, markets, and media representations” (Cohen; 1994:154).

Para profundizar más en el desarrollo temático y la génesis de los estudios sobre el envejecimiento en la antropología se aconseja remitirse a: Cohen Lawrence (1994) Old Age: Cultural and Critical Perspectives. Annu.Rev.Anthropology. 1994. 23: 137-158. University of California.


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(1)
Sokolovsky J. 1993. Images of Aging: a cross-cultural perspective. In Generations 17(2): 51-54
Sokolovsky J.  1990. Introduction. In The Cultural Context of Aging: Worldwide perspectives, ed. J Sokolovsky, pp 1-11. New York: Bergin and Garvey.
(2)
“By a trope of anger I mean that writing in gerontology and geriatrics frequently takes the narrative form: “Old people are neglected. No one appears to realize this unpleasant fact. I (the author) do; I hope to convince you. Together we can make the old age a good age” (Cohen; :142)
(3)
Minois G. 1987. History of Old Age: From antiquity to Renaissance. Trans.  SH Tenison, 1989. Chicago: University of Chicago Press (from French) 
(4)
Sin embargo, la jubilación laboral puede ser entendido uno de los principales ritos de paso a la vejez. Se sitúa a los sujetos en un estado posterior al del trabajo, una nueva condición que interrumpe todo el orden de su tiempo y vida cotidiana.



2 comentarios:

  1. Buenísimo artículo nos hace reflexionar sobre la problemática del envejecimiento y la politización. gracias por sus aportes y preocupación hacen falta más investigaciones de este tipo

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    1. Gracias por el comentario Bertha. Espero seguir compartiendo información sobre el envejecimiento mundial, cultura, tecnología y economía en torno de la vejez. Un saludo.

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